Hoy os voy a poner una pequeña historia que escribió una amiga mia que se llama Alicia, a mi me parece preciosa y esta muy bien escrita , cuando la leais decidme que os parece!!
Prologo:
-Es tu padre... ¿no lo piensas ayudar? - Me dijo Hermes alucinado.
-No... tampoco es eso... - Dije llevándome las manos a la cabeza. - Pero ¿porqué tengo que ir yo?
-Porque solo su descendencia puede ir... No preguntes más... te lo he repetido veinte veces... - Dijo desesperado sentándose en el sofá que había en el largo pasillo.
-¿Y sí yo estuviese enferma a la vez que él? - Me quedé pensando.
-Pues seria para ti. Pero no es el caso... - Dijo mirándome. - ¿No?
-No... - Dije abrazándome a sí misma. - Está bien... Lo haré.
-Genial. Me alegra que entres en razón. - Se levantó y me sonrió. - Iras con mi hijo y Thierry así no estarás sola.
Justo cuando Hermes iba a entrar al cuarto de mi padre para decírselo. Lo detuve.
-Pero en el reino todos me odian... ¿Les parecerá bien?
-No tienen opción... Además adoran a tu padre.
-Supongo...
Short History:
Entre a la habitación donde mi hermano se encontraba, hoy le había prometido estar dos horas con él ya que ayer no pude ir.
-Hola Pequeño... ¿Qué tal? - Le sonreí.
-Bien... Me duele todo el pecho... - Dijo triste.
-Se pasará. - Me senté en su cama. - ¿Eres un campeón?¿No? - No me respondió a esa pregunta... Simplemente me miró con los ojos llenos de lagrimas y me dijo.
-Mama me lo ha dicho... - Buscó debajo de su almohada y sacó una carta doblada. - Me la dio para ti...
Cogí la carta, sabía de quien era así que la abrí y comencé a leer.
Querido Dean:
Nuca me ha gustado empezar una carta así, me parece estúpido. Pero en fin... da igual.
Supongo que te importará un pepino lo que he escrito pero espero que por lo menos la leas... porque hay muchas cosas que han quedado sin explicación...
La primera porque todo el reino me odia... aunque parezca mentira yo sé la razón... Sé que nunca he estado ahí para ellos, que nunca me he preocupado por si les robaban o si desaparecía una de sus gallinas y cosas de esas... pero... como ahora comprendes yo tenía lo mio.
Y quiero que sepan que aunque no les protegiera desde dentro, lo hacía desde afuera... ¿recuerdas las cicatrices que viste en mis brazos y estomago, cuando peleábamos con el maldito troll? Pues no me las hice en un zarzal... ni siquiera se como creíste eso... Me las hice salvando a todos los niños traviesos que salían del reino, de los lobos... Pero les pedí que no dijeran nada a sus padres... y me costó lo mio. Muchos de ellos me querían llevar a su casa para contar lo que había echo... Pero no podía ir...
La segunda que yo odio a mi padre... No es cierto para nada, lo quiero tanto que fui a por el antídoto aun sabiendo lo que podía pasarme... Pero se que el reino estaría mejor en sus manos que en las mías... Además con la fama que yo tenía, pues como que no iba a llegar a ser su reina...
Y por si no lo recuerdas... tú lo dijiste. Cuando íbamos en el tren de camino al cementerio encantado te oí como se lo decías a Thierry. Al menos el fue buena persona y me defendió, se que está como una puta cabra... pero me caía bien.
La tercera... “Nosotros” Sé que en cuanto me conociste te caí fatal, y no te culpo... con todos los rumores que había en el reino era normal que me odiaras. Supongo que luego se sumó que tu padre te obligara a acompañarme y para ti fue horrible. Créeme, me dí cuenta desde que empezamos el viaje.
¿Te acuerdas que me dijiste cuando comenzamos? Yo si... desgraciadamente si... “Ni me gustas ni te gusto. Pero hay que encontrar el antídoto para que el reino no caiga en malas manos” Se que esas manos eran las mías... pero yo no tenía la culpa de ser la hija del rey.
Y sabes... no es que no me gustaras... pero es que me jodías cada vez que podías, por eso era tan fría contigo y me portaba tan mal...
¿Recuerdas cuando me dijiste “ve por la derecha que yo iré por la izquierda”? ¿Para escapar de la hidra? Y yo me puse burra y te obligué a ir por la derecha... Pues no era porque me molará ir por allí sino porque la hidra estaba en el lado izquierdo... y sabía que si yo moría, no importaría, pero si tu lo hacías... Todo el reino me odiaría aun mas de lo que ya me odia... Por suerte para mí eso no paso... Después me llamaste loca porque había ido por la izquierda... y yo solo pensaba “Si he evitado que te topases con la hidra...” Pero eso a ti te importo poco.
Otra de las veces fue con la sirena... ya sabes que enamoran nada más verlas... pero tú dijiste que contigo eso no pasaría... que estúpido fuiste, si no es porque te até al poste del barco, en el que íbamos, te hubiera matado... Sin embargo cuando despertaste del trance en el que la sirena te había dejado, no me diste las gracias... me insultaste de diversas maneras que no quiero recordar y me obligaste a desatarte.
Nuestra relación no mejoraba, es más empeoraba con el tiempo... Y te juro que no tengo ni idea de como ocurrió lo que te voy a decir... pero pasó y no lo pude parar... Me enamoré de ti...
Supongo que suena estúpido... y más diciéndolo en una carta pero es la verdad...
Y cuanto más tiempo pasaba contigo, más sufría. Pero poco me importaba... porque aunque tenías mi corazón y lo habías echo mil veces pedazos, yo lo volvía a reconstruir y te lo volvía a entregar. Sabía que en cuanto volviéramos a casa, ya no te vería más... y quería aprovechar todo el tiempo que quedaba.
Comencé a portarme mejor contigo... y supongo que te extraño mucho. Porque dejaste de hablarme... ¡Que sepas que eso casi me cuesta la vida! Por si no lo recuerdas, cuando nos adentrábamos en la boca del diablo... esa estúpida montaña al otro lado del reino... tú no me hablabas y cuando vino la piedra rodando por entré la gruta... no me avisaste. Si no es por Thierry me quedó allí aplastada como una cucaracha...
Pero no podía echarte nada en cara... estaba tan hechizada que no veía con claridad... y no me arrepiento de haber estado así... por mucho que me odiases...
Apuesto a que ahora querías reírte de mí en mi cara... siento no darte ese gusto...
Y la cuarta “Tu hermano” ¿Recuerdas cuando llegamos de nuevo al reino con el antídoto en las manos y tú dijiste que tenías que ir a ver a tu hermano al hospital? Te pedí ir... y te negaste una y otra vez, hasta que por fin te convencí... pero me dijiste que no te podía hablar en todo el viaje. No fue difícil... porque de verdad quería saber que le ocurría a tu hermano. Además te quería tanto que me preocupaba por tu familia...
Cuando entré y lo conocí me pareció el chico más simpático del mundo pero aun no sabía que le ocurría... no me atreví a preguntarlo porque tu madre me miraba con cara de desaprobación... Supongo que los rumores de lo mala que era, también habían llegado hasta ella...
En el momento en el que tu madre había salido porque el médico la había llamado y tú te habías ido a por una cosa (No recuerdo cual) que tu hermano te había pedido... hablé con él.
Le pregunté que le pasaba y simplemente me respondió una palabra que caló hondo en mi corazón “Cáncer” entonces fue cuando le conté mi historia... (Omitiendo alguna que otra cosa...) sabía que debía darle los ánimos que a mi nuca me dieron... No era justo que un niño de su edad muriera por un estúpido cáncer... él debía salir de eso. Crecer, casarse y tener una familia perfecta... algo que sabía que yo no tendría...
Pero no te preocupes... porque le dejé bien claro que debía luchar y nunca rendirse...
Unos días después, volví al hospital. Sin que tu madre se enterara, me colé en la habitación de tu hermano para entregarle la carta... (no confiaba en nadie más) y darle los últimos ánimos, antes de que me fuera...
No espero que con la carta me dejes de odiar o incluso que te enamores de mi... sé que eso no pasará... tampoco soy tan estúpida. Pero me gustaría que le dijeras a mi padre y a todo el reino la verdad... aunque a estas alturas. Creo que ya saben parte de ella...
Abie xx
Cuando acabe de leer la carta no pude evitar que una lagrima cayera de mis ojos...
-¿Sabes que me dijo antes de irse...?- Me susurró mi hermano. - Que debía ser fuerte, que yo podía con ello... y que ganaría.
-Tenía razón. - Susurré. Limpiando las lagrimas que no paraban de caer por mis ojos.
-No llores porque ella se ha ido, volverá. Estoy seguro.- Me sonrió.
-Lo sé... Deberías descansar... Nos vemos mañana peque... - Le bese en la frente y salí de la habitación.
Agradecí que mi madre no le dijese que Abie había muerto de leucemia.... y a Abie que no le contase que la tenía...
Era mejor que mi hermano pensará que estaba de viaje a que había muerto... eso le daría más fuerzas para luchar contra el cáncer.
Había algo que me había quedado claro de todo esto... y era que debía decir a todos la verdad sobre Abie...
-Es tu padre... ¿no lo piensas ayudar? - Me dijo Hermes alucinado.
-No... tampoco es eso... - Dije llevándome las manos a la cabeza. - Pero ¿porqué tengo que ir yo?
-Porque solo su descendencia puede ir... No preguntes más... te lo he repetido veinte veces... - Dijo desesperado sentándose en el sofá que había en el largo pasillo.
-¿Y sí yo estuviese enferma a la vez que él? - Me quedé pensando.
-Pues seria para ti. Pero no es el caso... - Dijo mirándome. - ¿No?
-No... - Dije abrazándome a sí misma. - Está bien... Lo haré.
-Genial. Me alegra que entres en razón. - Se levantó y me sonrió. - Iras con mi hijo y Thierry así no estarás sola.
Justo cuando Hermes iba a entrar al cuarto de mi padre para decírselo. Lo detuve.
-Pero en el reino todos me odian... ¿Les parecerá bien?
-No tienen opción... Además adoran a tu padre.
-Supongo...
Short History:
Entre a la habitación donde mi hermano se encontraba, hoy le había prometido estar dos horas con él ya que ayer no pude ir.
-Hola Pequeño... ¿Qué tal? - Le sonreí.
-Bien... Me duele todo el pecho... - Dijo triste.
-Se pasará. - Me senté en su cama. - ¿Eres un campeón?¿No? - No me respondió a esa pregunta... Simplemente me miró con los ojos llenos de lagrimas y me dijo.
-Mama me lo ha dicho... - Buscó debajo de su almohada y sacó una carta doblada. - Me la dio para ti...
Cogí la carta, sabía de quien era así que la abrí y comencé a leer.
Querido Dean:
Nuca me ha gustado empezar una carta así, me parece estúpido. Pero en fin... da igual.
Supongo que te importará un pepino lo que he escrito pero espero que por lo menos la leas... porque hay muchas cosas que han quedado sin explicación...
La primera porque todo el reino me odia... aunque parezca mentira yo sé la razón... Sé que nunca he estado ahí para ellos, que nunca me he preocupado por si les robaban o si desaparecía una de sus gallinas y cosas de esas... pero... como ahora comprendes yo tenía lo mio.
Y quiero que sepan que aunque no les protegiera desde dentro, lo hacía desde afuera... ¿recuerdas las cicatrices que viste en mis brazos y estomago, cuando peleábamos con el maldito troll? Pues no me las hice en un zarzal... ni siquiera se como creíste eso... Me las hice salvando a todos los niños traviesos que salían del reino, de los lobos... Pero les pedí que no dijeran nada a sus padres... y me costó lo mio. Muchos de ellos me querían llevar a su casa para contar lo que había echo... Pero no podía ir...
La segunda que yo odio a mi padre... No es cierto para nada, lo quiero tanto que fui a por el antídoto aun sabiendo lo que podía pasarme... Pero se que el reino estaría mejor en sus manos que en las mías... Además con la fama que yo tenía, pues como que no iba a llegar a ser su reina...
Y por si no lo recuerdas... tú lo dijiste. Cuando íbamos en el tren de camino al cementerio encantado te oí como se lo decías a Thierry. Al menos el fue buena persona y me defendió, se que está como una puta cabra... pero me caía bien.
La tercera... “Nosotros” Sé que en cuanto me conociste te caí fatal, y no te culpo... con todos los rumores que había en el reino era normal que me odiaras. Supongo que luego se sumó que tu padre te obligara a acompañarme y para ti fue horrible. Créeme, me dí cuenta desde que empezamos el viaje.
¿Te acuerdas que me dijiste cuando comenzamos? Yo si... desgraciadamente si... “Ni me gustas ni te gusto. Pero hay que encontrar el antídoto para que el reino no caiga en malas manos” Se que esas manos eran las mías... pero yo no tenía la culpa de ser la hija del rey.
Y sabes... no es que no me gustaras... pero es que me jodías cada vez que podías, por eso era tan fría contigo y me portaba tan mal...
¿Recuerdas cuando me dijiste “ve por la derecha que yo iré por la izquierda”? ¿Para escapar de la hidra? Y yo me puse burra y te obligué a ir por la derecha... Pues no era porque me molará ir por allí sino porque la hidra estaba en el lado izquierdo... y sabía que si yo moría, no importaría, pero si tu lo hacías... Todo el reino me odiaría aun mas de lo que ya me odia... Por suerte para mí eso no paso... Después me llamaste loca porque había ido por la izquierda... y yo solo pensaba “Si he evitado que te topases con la hidra...” Pero eso a ti te importo poco.
Otra de las veces fue con la sirena... ya sabes que enamoran nada más verlas... pero tú dijiste que contigo eso no pasaría... que estúpido fuiste, si no es porque te até al poste del barco, en el que íbamos, te hubiera matado... Sin embargo cuando despertaste del trance en el que la sirena te había dejado, no me diste las gracias... me insultaste de diversas maneras que no quiero recordar y me obligaste a desatarte.
Nuestra relación no mejoraba, es más empeoraba con el tiempo... Y te juro que no tengo ni idea de como ocurrió lo que te voy a decir... pero pasó y no lo pude parar... Me enamoré de ti...
Supongo que suena estúpido... y más diciéndolo en una carta pero es la verdad...
Y cuanto más tiempo pasaba contigo, más sufría. Pero poco me importaba... porque aunque tenías mi corazón y lo habías echo mil veces pedazos, yo lo volvía a reconstruir y te lo volvía a entregar. Sabía que en cuanto volviéramos a casa, ya no te vería más... y quería aprovechar todo el tiempo que quedaba.
Comencé a portarme mejor contigo... y supongo que te extraño mucho. Porque dejaste de hablarme... ¡Que sepas que eso casi me cuesta la vida! Por si no lo recuerdas, cuando nos adentrábamos en la boca del diablo... esa estúpida montaña al otro lado del reino... tú no me hablabas y cuando vino la piedra rodando por entré la gruta... no me avisaste. Si no es por Thierry me quedó allí aplastada como una cucaracha...
Pero no podía echarte nada en cara... estaba tan hechizada que no veía con claridad... y no me arrepiento de haber estado así... por mucho que me odiases...
Apuesto a que ahora querías reírte de mí en mi cara... siento no darte ese gusto...
Y la cuarta “Tu hermano” ¿Recuerdas cuando llegamos de nuevo al reino con el antídoto en las manos y tú dijiste que tenías que ir a ver a tu hermano al hospital? Te pedí ir... y te negaste una y otra vez, hasta que por fin te convencí... pero me dijiste que no te podía hablar en todo el viaje. No fue difícil... porque de verdad quería saber que le ocurría a tu hermano. Además te quería tanto que me preocupaba por tu familia...
Cuando entré y lo conocí me pareció el chico más simpático del mundo pero aun no sabía que le ocurría... no me atreví a preguntarlo porque tu madre me miraba con cara de desaprobación... Supongo que los rumores de lo mala que era, también habían llegado hasta ella...
En el momento en el que tu madre había salido porque el médico la había llamado y tú te habías ido a por una cosa (No recuerdo cual) que tu hermano te había pedido... hablé con él.
Le pregunté que le pasaba y simplemente me respondió una palabra que caló hondo en mi corazón “Cáncer” entonces fue cuando le conté mi historia... (Omitiendo alguna que otra cosa...) sabía que debía darle los ánimos que a mi nuca me dieron... No era justo que un niño de su edad muriera por un estúpido cáncer... él debía salir de eso. Crecer, casarse y tener una familia perfecta... algo que sabía que yo no tendría...
Pero no te preocupes... porque le dejé bien claro que debía luchar y nunca rendirse...
Unos días después, volví al hospital. Sin que tu madre se enterara, me colé en la habitación de tu hermano para entregarle la carta... (no confiaba en nadie más) y darle los últimos ánimos, antes de que me fuera...
No espero que con la carta me dejes de odiar o incluso que te enamores de mi... sé que eso no pasará... tampoco soy tan estúpida. Pero me gustaría que le dijeras a mi padre y a todo el reino la verdad... aunque a estas alturas. Creo que ya saben parte de ella...
Abie xx
Cuando acabe de leer la carta no pude evitar que una lagrima cayera de mis ojos...
-¿Sabes que me dijo antes de irse...?- Me susurró mi hermano. - Que debía ser fuerte, que yo podía con ello... y que ganaría.
-Tenía razón. - Susurré. Limpiando las lagrimas que no paraban de caer por mis ojos.
-No llores porque ella se ha ido, volverá. Estoy seguro.- Me sonrió.
-Lo sé... Deberías descansar... Nos vemos mañana peque... - Le bese en la frente y salí de la habitación.
Agradecí que mi madre no le dijese que Abie había muerto de leucemia.... y a Abie que no le contase que la tenía...
Era mejor que mi hermano pensará que estaba de viaje a que había muerto... eso le daría más fuerzas para luchar contra el cáncer.
Había algo que me había quedado claro de todo esto... y era que debía decir a todos la verdad sobre Abie...
ALICIA
ALBIT@HAPPY
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